El puritano John Owen nos ofrece tres razones para meditar en la gloria de Cristo, sin duda al hacer esto somos edificados. Te invito a leer las siguientes tres razones para que al iniciar y finalizar tu día (o en todo momento) medites en la gloria y hermosura de Cristo.
1- Al pensar en la gloria de Cristo, seremos hechos más aptos para el cielo. Muchos se consideran como ya suficientemente preparados para la gloria, si sólo pudieran alcanzarla. Pero ni siquiera saben qué es esa gloria. No hay ningún placer en la música para aquellos que son sordos, ni los colores más bellos dan ningún placer a los ciegos. Del mismo modo, el cielo no daría ningún placer a las personas que no fueron preparadas para él en ésta vida, por el Espíritu. El apóstol da: "gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz" (Col.l:12)
2- Una meditación habitual en la gloria de Cristo, traerá descanso y satisfacción a nuestras almas. Traerá paz a nuestras mentes, que tan frecuentemente se llenan de temor y de preocupaciones. "Pero el ocuparse del espíritu es vida y paz." (Rom.8:6)
3- El conocimiento de la gloria de Cristo, es la fuente de la bienaventuranza eterna. Al verle como El es, seremos hechos semejantes a Él. (1 Tes.4:17; Jn.l7:24; 1 Jn.3:2)
2- Una meditación habitual en la gloria de Cristo, traerá descanso y satisfacción a nuestras almas. Traerá paz a nuestras mentes, que tan frecuentemente se llenan de temor y de preocupaciones. "Pero el ocuparse del espíritu es vida y paz." (Rom.8:6)
3- El conocimiento de la gloria de Cristo, es la fuente de la bienaventuranza eterna. Al verle como El es, seremos hechos semejantes a Él. (1 Tes.4:17; Jn.l7:24; 1 Jn.3:2)