[Reflexión sobre la lectura del libro "Las disciplinas de un hombre piadoso"]
La sensualidad y todo este tipo de invitaciones lujuriosas, es un obstaculo grande para cualquier hombre que desea vivir una vida piadosa. La piedad y la sensualidad son mutuamente excluyentes.
Veamos algunas lecciones que podemos aprender del rey David.
La caída del rey David, tiene una secuencia de pasos que lo llevaron al pecado con Betsabé.
a) Desensibilización
Había 3 cosas que un rey debía evitar: a) adquirir muchos caballos, b) tener muchas esposas c) acumular mucha plata y oro. David fallo en una de las tres, ya que se hizo de muchas mujeres.
Hoy en día, perdemos la sensibilidad cuando argumentamos cosas como, "todos lo hacen"o "no creo que sea tan malo". Tales pensamientos nos llevan a perder de vista a Dios y sus mandamientos.
b) Relajación
David se confió de sí mismo, de tal modo que, olvido su responsabilidades con el Señor y su pueblo.
En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén. (2 Samuel 11:1)
c)Fijación
Una tarde, al levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa
El rey la miró y no apartó su mirada de ella. David pudo haber apartado su mirada, pero no lo hizo.
d)Racionalización
Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia, y cuando Betsabé llegó, él se acostó con ella.
Justificó su deseo:
- "¿Cómo puede ser que algo tan agradable sea pecado?"
- "La voluntad de Dios es que yo sea feliz, y ciertamente el no me negaría algo que me hiciera feliz."
- "No hay nadie que deba juzgar a otros."
Y el último paso, la consumación de los anteriores: e) Degeneración.
David cayo en adulterio, mentiras y hasta planifico la muerte de Urías (el esposo de Betsabe)
Al igual que David, estamos expuestos a las fases antes mencionadas, que nos llevarán a una vida pecaminosa. Vivimos en un tiempo, en el cual la lujuria y la inmoralidad de todo tipo, son de fácil acceso. Pero Dios nos dice que, su voluntad es que seamos puros.
La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; 4 que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, 5 sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios; 6 y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido. 7 Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad; (1 Tesalonicenses 4:3-8)
Es la voluntad de Dios que seamos santos, que venzamos la inmoralidad sexual, y todas las invitaciones pecaminosas que este mundo nos ofrece.
Pero ¿cómo podemos disciplinarnos en la pureza? Sin duda que todo depende de la gracia de Dios en nuestras vidas, pero podemos hacer cosas como:
1. Dar cuentas: Hablar con un cristiano maduro o con nuestra esposa sobre nuestros problemas y tentaciones.
2. Oración: Orar diariamente por nuestra pureza y la de nuestros amigos.
3. Memorización: Debemos memorizar las Escrituras, algunos pasajes como:
Job 31:1; Proverbios 26:7;Efesios 5:3-7; 2 Timoteo 2:22
La pureza es una disciplina, y por lo tanto debemos ejercitarnos cada día en ella.