Quizás las palabras eunomianos y racionalismo, nos resulten desconocidos, pero si miramos de cerca, posiblemente haya mucho sobre que reflexionar.
¿Qué es el racionalismo?
Por lo general, se refiere a cualquier sistema de pensamiento o metodología de investigación que emplee la razón como la medida final de la verdad [1]
En el cristianismo, la razón juega un papel importante sin embargo jamás ha sido el juez en cuanto a la verdad. Nunca nuestro raciocinio se impone como la verdad, sino que la verdad de las Escrituras por el poder del Espiritu Santo se impone sobre nuestros pensamientos.
José Grau añade: "El racionalismo va todavía más lejos. No sólo considera -correctamente- [la razón] como el medio indispensable para la recepción de la verdad, sino que la eleva hasta la categoría suprema de juez autónomo e inapelable de la verdad. A veces, incluso, el pedestal de la fuente de la verdad[...]Una teología que tome como punto de partida la razón, acaba desmereciendo el nombre de teología y aboca en un sistema filosófico más." [2]
Con base lo anterior, podemos afirmar que la razón jamás podría ser el juez y determinante de la verdad.
Gregorio de Nisa |
El racionalismo no es algo nuevo, en el tiempo de Gregorio de Nisa, se levanto un grupo de arrianos radicales llamados eunomianos. El líder de este grupo fue Eunomio, obispo de Cizico. Ellos sostenían que podía conocer a Dios, como Él se conoce a Sí mismo. El medio para tal conocimiento era la razón. "Usando la razón -decían- se puede conocer plenamente la esencia de Dios y distinguir la relación entre el Padre, Hijo y Espíritu Santo" [3]
Su postura fue condenada por muchos teólogos y estudiosos de las Escrituras, incluyendo a Gregorio de Nisa, quién escribe un extenso tratado llamado "Contra Eunomio"
Vemos entonces que, el hombre desde mucho tiempo atrás ha deseado imponer sus interpretaciones sobre las Escrituras, dando más valor a sus opiniones que a la palabra de Dios. Y esto no sólo ocurre de manera individual, sino de manera colectiva, vemos ejemplos de denominaciones que imponen sus interpretaciones sobre la enseñanza de las Escrituras.
Una interpretación de las Escrituras que parta de la razón, acaba siendo un engaño.
[1] Diccionario Manual de Teología, Justo L. Gonzalez
[2] Introducción a la Teología, José Grau