Duby |
Recientemente he visto en las redes sociales, algunas frases o comentarios a favor de que los animales tienen almas. Esto al parecer es uno de esos temas, de los cuales se habla cuando cenamos en familia. No es un tema importante, pero no deja de ser serio. Iremos por partes:
a) ¿Qué es el alma?
En el NDBI se encuentra la siguiente definición: "La palabra hebrea nefesh—que es uno de los vocablos traducidos generalmente en castellano por alma—aparece 754 veces en el Antiguo Testamento. Como puede verse en la primera cita bíblica al respecto, significa «lo que tiene vida» (Gn. 2:7), y se aplica tanto al hombre como a los demás seres vivientes (Gn. 1:20, 24, 30; 9:12, 15, 16; Ez. 17:9)." [1]
Esta palabra nefesh, también es traducida como ser viviente o aliento de vida. Sin embargo, nefesh también "significa el centro donde radican los sentimientos, las pasiones, el conocimiento y la voluntad de cada ser humano" [2]
Podemos darnos cuenta que es evidente la diferencia entre el hombre y el animal, cuando hablamos de alma, puesto que los animales no son seres morales, no conocen qué es lo bueno o lo malo, no hay consciencia. Eso nos lleva al siguiente aspecto.
b) El hombre y los animales
Los animales no poseen algo tan importante, como lo es la imagen de Dios.
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:26-27)
La imagen de Dios en el hombre, conlleva a dos asuntos:
1. El hombre y la mujer, son seres morales. Esta imagen los convierte en seres que responden a una consciencia, a una revelación general y específica de Dios
2. Los seres humanos, son representantes de Dios en la tierra y por lo tanto deben tener dominio sobre la creación.
Walton comenta: "A lo largo del Antiguo Cercano Oriente, se creía que una imagen contenía la esencia de lo que representa. Esa esencia equipó a la imagen para llevar a cabo su función" [3]
Si obviamos la imagen de Dios en el hombre, es muy posible acercarnos a esas ideas populares de que los animales y los hombres compartimos las mismas emociones y consciencia, eso es totalmente ajeno a las Escrituras. Los animales actúan según el instinto natural, son seres vivientes sujetos a otro tipo de condiciones. En cambio, el hombre que es un ser moral, está sujeto a su consciencia y a la revelación de Dios que es manifestada en la creación y primordialmente en las Escrituras.
[1]Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 41). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
[2] Berzoza Ropero Alfonso, Gran Diccionario Enciclopedico. TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
[3] Walton, H. John, Genesis (ZBCC)