La lectura es un hábito que debemos cultivar diariamente. Como cristianos, tenemos el gran privilegio de escudriñar las Escrituras, y gracias a Dios también que podemos tener acceso a libros que son de edificación para nuestras vidas.
Sin embargo hay tres áreas que no debemos descuidar y son las siguientes:
1. Meditación
2. Practica
3. Oración.
El puritano Thomas Brooks nos amplía un poco más respecto a esas áreas.
"Meditación: Debes meditar sobre lo que lees. Entre más un hombre contemple la verdad, mucho más profunda y firme es la impresión de la verdad
en su corazón. La meditación celestial pone de manifiesto la dulzura que se encuentra en las verdades divinas.
No son ricos, los que consiguen más sino los que guardan más.
No son edificados y enriquecidos los que escuchan o leen más, sino los que meditan más en la verdad divina
Practica: Debes también practicar y vivir lo que lees. Porque leer mucho y practicar nada, es como ir de caza y no atrapar nada. Que causa más grande tenemos para suspirar, por aquellos que oyen y leen mucho y hacen muy poco.
Oración: También debes orar acerca de lo que lees.
Algunos leen mucho y oran poco, y por lo tanto obtienen poco de lo que leen. Galen escribió sobre un pez llamado "Uranoscopus", el cual solo tiene un ojo, con el cual mira continuamente hacia el cielo.
Cuando un cristiano tiene un ojo sobre su libro, el otro debe estar mirando hacia el cielo esperando bendición sobre lo que él lee."
Las palabras de Thomas Brooks son un desafío para todo lector cristiano, son sugerencias que debemos considerar para que nuestra lectura sea de bendición para nosotros y nuestros hermanos en Cristo.
No se trata de leer mucho o poco, sino de orar, meditar, y practicar lo que leemos. Yo añadiría que también debemos compartir con los demás hermanos en Cristo acerca de lo que leemos, de una manera sencilla y humilde podemos edificar a muchos más.