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Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 
(Hebros 4:12)

Auto-examinarnos, es una actividad que debemos hacer diariamente a la luz de la Palabra de Dios, puesto que ella es Luz y Espejo que nos ayuda a conocer la situación en la que nos encontramos. Sin embargo, son muchos los que creen estar bien, son aquellos que se aferran a los elementos externos de la religión, aún cuando su corazón puede encontrarse en tinieblas, es decir tolerando el pecado en sus vidas.

El peligro es latente para cualquiera, desde un pastor hasta un laico, metodista, presbiteriano, congregacionalista...todos, llevamos un remanente de pecado en nosotros, con el cual debemos batallar día tras día. Quienes omiten esta verdad, se encuentra en una seria desventaja en su crecimiento espiritual, de tal forma que de no haber una mortificación diaria del pecado, muy probablemente quienes viven tolerando el pecado en cualquiera de sus formas, podrían descubrirse a sí mismos como descalificados, como personas que conocieron la religión cristiana en su forma externa más no el corazón de la misma, esto es Jesucristo.

Por ello, es necesario cada día examinarnos y ver en nosotros esas actitudes que están en oposición a lo que la Biblia nos enseña, ciertamente auto-examinarnos y luchar con el pecado no nos hará mas salvos, pero sin duda quién lucha contra el pecado está en el camino de la salvación. Ha entrado por la puerta estrecha.

Vayamos a la Escritura y dejemos que nos descubra, que examine nuestras actitudes y pensamientos. Examinémonos a nosotros mismos durante el día, al finalizar el día.



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