Hoy me preguntaba, ¿qué es lo más valioso que poseo? ¿Mi esposa? Ciertamente es una mujer de Dios, la cual hace mis días muy felices. ¿Mi familia? Personas a quienes amo. ¿Mis amigos? ¿Mis libros? ¿La vida?
¿Qué es lo más valioso que posees? Aunque todas las cosas que mencioné son importantes, hay alguien que es mucho más glorioso, mucho más hermoso e inmensurable: Jesucristo.
Jesucristo es el mayor tesoro que podemos llegar a tener en esta vida. Lo tenemos a Él porque Él nos tiene a nosotros.
Cuando mides todo lo que tienes con Jesucristo, puedes darte cuenta que los tesoros de este mundo, de esta vida, son tan pequeños y pasajeros. Claro, algunos como los que mencione al inicio, son agradables y los amamos, pero no son perfectos y eternos.
El hombre sin Dios piensa que el dinero, la fama, el placer, son las cosas más importantes de la vida. Hasta se han formulado algunos dichos como: “Disfruta la vida”, “mímate un poco”, “disfruta hoy, reflexiona mañana”. El hombre ama en demasía las cosas de este mundo, y eso lo pone en una situación de riesgo.
Pero no solo el hombre sin Dios corre este riesgo, nosotros los cristianos también podemos encontrarnos valorando más a ciertas cosas (las cuales pueden ser nobles) que a Jesucristo. Valorar más nuestro ministerio, nuestros dones, nuestra familia, esposa, libros, blog, más que a Jesucristo, es un riesgo mortal.
Piensa en esto que escribió el apóstol Pablo:
"Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo" (Filipenses 3:8)
Pablo sabía mucho de la Ley, había alcanzado gran reputación como un “fariseo de fariseos”, era minucioso en cumplir la Ley, perseguía a los cristianos, a quienes consideraba como sectarios…pero cuando conoce a Jesucristo (Hechos 9) todo cambia radicalmente. Aquellas cosas por las cuales podía sentirse orgullo y que consideraba valiosas, se volvieron insignificantes ante la gloria de Cristo.
¿Podemos amar a nuestra familia, amigos, y las bendiciones que Dios nos ha dado? Claro que sí. Dios así ha dispuesto darnos lo que tenemos, y debemos regocijarnos en sus bendiciones por medio de Cristo. Pero no debemos valorar esas cosas más que a nuestro Señor Jesucristo.
Lamentablemente el hombre que rechaza a Cristo, quiere encontrar tesoros en la basura de este mundo. Una tarea que solamente lo llevará a la desgracia y a la muerte.
¿Has pensado en cuán valioso es Cristo en tu vida? y ¿Cuál es tu prioridad?