Hablar de la oración es relativamente fácil. Podemos leer muchos libros sobre la oración sin embargo cuando llegamos al momento de orar, sentimos que no podemos, que nos aburrimos o que no está funcionando como se nos dijo.
Personalmente he experimentado que la oración no se trata de hablar, sino de actuar. Bien dice una antigua frase: "La oración es trabajo", y ¡vaya que lo es!. Es por tal razón que muchos cristianos han descuidado la oración. Algunos dicen "no puedo orar más de 5 minutos", "no encuentro palabras", "me cansa orar", etc. Si ese es tu caso, quiero invitarte a considerar algunas ideas para fortalecer tu vida de oración (a mi están sirviendo):
1. Lee oraciones que están en la Biblia.
En la Biblia encontramos oraciones hechas por profetas y apóstoles de Dios. Al meditar en lo que ellos dicen a Dios, podemos darnos cuenta de la confianza, devoción y esperanza que estas palabras nos transmiten.
Cuando leemos estás oraciones nuestro corazón es avivado y convencido de que estamos dirigiendo nuestras oraciones al mismo Dios de Abraham, de Elías, de Job, de David. Medita en esas oraciones.
2. Inicia tus oraciones con alabanza y agradecimiento.
A menudo nuestras oraciones, son muy mezquinas sólo pensamos en que Dios nos de, nos bendiga,nos sane, etc., pero pocas veces agradecemos específicamente por las cosa que nos da.
3. Confiesa tus pecados delante de Dios.
La oración es un tiempo de comunión con el Señor, y por lo tanto es necesario traer a mención todo lo pecaminoso que cometimos delante de Él y nuestro prójimo. Es importante hacer esto, no como un mero ritualismo sino como un acto de humillación delante de la majestad y gloria de Dios.
4. Sé tu mismo
No imites los gestos, palabras o actitudes de otras personas al orar. Muchos con el deseo de "impresionar" a Dios, intentan copiar los que otros hacen para que -según ellos- Dios responda a sus oraciones.
No es necesario hacer esto. Dios nos conoce, tal cuál somos.
Con mucha certeza Andrew Murray escribió: "Leer un libro sobre la
oración, escuchar conferencias y hablar sobre ella es muy bueno, pero no le
enseñará a orar. No se consigue nada sin ejercicio, sin práctica. Yo podría
escuchar a un profesor de música tocar la música más bella durante un año,
pero eso no me enseñará a tocar un instrumento"
Espero que estas ideas puedan ser útiles en tu vida de oración.