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Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 
(Mateo 7:17-18)

Continuando con el tema de la depravación total del hombre. Veamos en este post la incapacidad del hombre para hacer y entender el bien.

El hombre no puede hacer el bien.
El hombre no regenerado no puede hacer lo que es verdaderamente bueno, es decir que todos sus actos, son malos ante los ojos de Dios ya que "la mente carnal es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede y los que viven según la carne (no regenerados) no pueden agradar a Dios" (Roma. 8:7-8).

La enemistad del hombre no regenerado hacia a Dios, hace imposible que el haga el verdadero bien ante Dios.

El hombre no puede entender el bien.
El hombre no regenerado, esta completamente ciego y su intelecto está entenebrecido a causa del pecado, a tal punto que ni siquiera puede entender el bien.
Un ejemplo, Lidia, aquella mujer que oyó a Pablo predicar a Cristo en Filipos, ella no comprendía lo que Pablo anunciaba hasta que "el Señor abrió el corazón de ella" ( Hech. 16:14).
El hombre no regenerado no puede entender el bien, es incapaz de entender las cosas de Dios. "Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden".
Para el hombre no regenerado, el evangelio es incomprensible, una locura, un sin sentido, el porque radica en que "el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios...[ya que] han de discernirse espiritualmente".

Sin el Espiritu Santo, el hombre no puede entender las cosas de Dios

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