La Biblia enseña con absoluta claridad que el hombre, por naturaleza, está MUERTO: ". . . como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Romanos 5:12).
La Biblia nos enseña que los hombres son ESCLAVOS: "Que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él." (2 Timoteo 2:25-26).
La Biblia enseña que los hombres están CIEGOS Y SORDOS: "Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan" (Marcos 4:11-12).
La Biblia nos enseña que el hombre natural (no regenerado), CARECE DE ENTENDIMIENTO ESPIRITUAL: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente." (1 Corintios 2:14).
La Biblia habla del hombre como siendo NATURALMENTE PECAMINOSO:
1) Por nacimiento: "He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre." (Salmo 51:5). 2)
2) Por práctica: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal." (Génesis 6:5).
Este es entonces el estado natural del hombre. Por tanto, debemos preguntarnos ahora:
¿Pueden LOS MUERTOS resucitarse a sí mismos? ¿Pueden LOS ESCLAVOS liberarse a sí mismos?
¿Pueden LOS CIEGOS darse la vista a sí mismos o LOS SORDOS el oído?
¿Pueden los que CARECEN DE ENTENDIMIENTO ESPIRITUAL enseñarse a sí mismos?
¿Pueden los que están INCLINADOS NATURALMENTE AL PECADO, cambiarse a sí mismos?
¡Ciertamente no pueden! "¿Quién hará limpio a lo inmundo?" pregunta Job. Y él mismo responde: "Nadie." (Job 14:4). Del mismo modo, el profeta Jeremías pregunta: "¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas?" Y concluye "Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?" (Jeremías 13:23).
Por eso podemos concluir que "Él os dio vida. . ." nos hizo vivir a aquellos que estábamos "muertos en nuestros delitos y pecados." (Efesios 2:1). La salvación, pues, por su propia naturaleza, debe ser "del Señor."Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)
Adaptado de un sermón de C.H. Spurgeon