De acuerdo con el calvinismo:
La salvación se logra por la omnipotencia del Dios trino. El
Padre escogió a un pueblo, el Hijo murió por ellos; el Espíritu Santo hace
efectiva la muerte de Cristo al traer a los elegidos a la fe y el
arrepentimiento, lo que provoca que obedezcan voluntariamente el Evangelio. El
proceso entero (elección, redención, regeneración) es la obra de Dios y es por
gracia solamente. Así Dios, no el hombre, determina quienes serán los
destinatarios del regalo de la salvación.
Por otra parte, el calvinista cree que el hombre no tiene
parte en su propia salvación; que Dios es supremamente soberano.
Cuando la pregunta se refiere a la justicia, vemos cuan
frecuente y ansiosamente la Escritura nos exhorta a dar toda la gloria a Dios
... Durante el tiempo que un hombre tiene algo, por pequeño que sea, que decir
en su defensa, siempre descuenta algo de la gloria de Dios ... Recordemos, por
tanto, que en toda la discusión respecto a la justificación de la gran cosa que
debe ser atendido es que el hombre no
puede reclamar una sola partícula de justicia de sí mismo, sin que al mismo
tiempo se aparte de la gloria de la justicia divina. (Institución de la
Religión Cristiana - Juan Calvino)
Los cinco puntos del Calvinismo
Este sistema de teología fue reafirmado por el Sínodo de
Dort en 1619 como la doctrina de la salvación contenida en las Sagradas
Escrituras. El sistema fue en se tiempo formulado en "cinco puntos"
en respuesta a los no bíblicos cinco puntos presentados por los arminianos a la
Iglesia de Holanda en 1610.
Los cinco puntos del calvinismo son fáciles de recordar por
el acróstico TULIP (tulipán):
T-Depravación Total (Incapacidad Total)
U- Elección Incondicional
L-Expiación Limitada (Redención Particular)
I-Gracia Irresistible
P-Perseverancia de los Santos