He aquí una breve definición de postmodernismo:
"El postmodernismo sostiene una subjetividad relacionada con la moral, las construcciones sociales, los movimientos políticos, el arte, la religión, y las declaraciones de verdad. En otras palabras, para talvez simplificar aún más lo que es el postmodernismo, éste es relativismo, la creencia de que la verdad es relativa, que la verdad objetiva puede no ser conocida.
...el postmodernismo, reconoce que cuanto “sabemos” está determinado por la cultura en la que vivimos, controlada por las emociones, lo estético y lo heredado, y de hecho puede ser solo sostenido inteligentemente como parte de una tradición común, sin derecho a reclamar si es verdad o correcto.” - Carson, D. A., "Ser versado en la Iglesia Emergente"
Tales efectos ha llevado a que la Biblia, la palabra d Dios sea vista de una manera relativa o consecuente a la cultura. El sentido original de los textos ha sido desvirtualizado a tal grado que cada quien puede tener una interpretación. No hay un significado concreto.
De tal manera que el "sensus literali" es reemplazado por una interpretación relativa o subjetiva. Veamos lo que R.C Sproul dice en cuanto a esto:
Todos tenemos que luchar con el problema del subjetivismo. La Biblia frecuentemente dice cosas que no queremos oír. Podemos ponernos tapones en los oídos y vendas en los ojos. Es más fácil y mucho menos doloroso criticar la Biblia que permitir que la Biblia nos critique a nosotros. Con razón Jesús frecuentemente concluía sus palabras diciendo: “El que tiene oídos para oír, oiga” - Cómo estudiar e interpretar la Biblia - R.C. Sproul.
Es posible que estas interpretaciones subjetivas sean para evadir la autoridad de las Escrituras, mostrando así un deseo de ajustar la palabra de Dios a nuestros criterios.
Ante tal contexto ¿Qué es lo que debe creer el cristiano? Todo lo que se nos ha prometido en el Santo Evangelio. Palabra fiel que nos ha sido da para "que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre".
Gloria a Dios por Su palabra, que sea nuestro deseo estudiarla y atesorarla, dejando a un lado toda corriente subjetiva o relativa.
