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Hace unos días fui contagiado por el virus llamado Chikugunya, transmitido por los zancudos (si desean ver más información acerca del Virus Chik) . En mi país tal virus ha sido bastante común, creo que nos llevamos el primer lugar en la región centroamericana en numero de pacientes con dicho virus (algo que no enorgullece). 

Parecía que me había librado de contraerlo, pero el miércoles anterior iniciaron los síntomas y me sentí muy mal, nunca imaginé que las fiebres fuesen tan altas, y que los dolores articulares fuesen tan intensos.

Gracias a Dios ya estoy mejor, pero reflexionando en ese hecho, he tratado de sacar algunas lecciones o pensamientos que este virus me dejó. Podrían haber sido más pero esto es lo que yo medite en mi lecho:

1- No desestimar el dolor ajeno por poco doloroso que parezca. 
2- No exagerar mis dolencias para ser visto como victima.
3- No acusar al destino o a las circunstancias, ni mucho menos a Dios. Mas bien debo entender que en el plan soberano de Dios, ha determinado para Su gloria que yo padezca este virus.
4- No desestimar la providencia de Dios en la enfermedad.
5- No atar "espiritus de chikungunya" [noten el sarcasmo]
6- Aprovechar el tiempo que estoy enfermo para meditar en asuntos espirituales, como el estado de mi alma, mis hábitos cristianos, mis relaciones interpersonales. Debo ver esto como una pausa.
7- Aprovechar el tiempo en el cual no estoy enfermo, sirviendo al Señor de todo corazón, estudiando Su palabra, amando y viviendo de cerca con mis familiares y seres queridos.
8- No desesperarme.
9- Alabar a Dios aunque sean las 11:30 pm y la fiebre no me deje dormir


Estas son lecciones o principios que este virus me ha dejado, posiblemente sirvan de algo a alguien que se encuentra enfermo o que tiene a un familiar enfermo. 

"¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios." (Job 2:10b)

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