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El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
(Juan 14:21)



Son muchos los que en repetidas ocasiones hemos dicho a manera de oración: "No puedo vivir sin ti Jesús. Te amo". 

Pero en la mayoría de casos esa devoción y amor se limitan a un momento en la iglesia, después de eso cada uno vuelve a su vida. 
Que fácil podemos engañarnos a nosotros mismos. ¿Cómo podemos decir que anhelamos vivir cerca de Dios y que lo amamos, cuando durante la semana no hay devoción a Dios, cuando no oramos y/o leemos las Sagradas Escrituras?

No es mi intención juzgar, sino más bien es un llamado a que juntos reflexionemos en la necesidad urgente de una ferviente relación con Dios, en la cual glorifiquemos Su Nombre andando en amor y temor.

¿Desea Dios solamente unos minutos al día, uno o dos días a la semana? Definitivamente no.
Cada minuto de nuestra vida le pertenece a Dios, porque Él nos ha salvado.

Busquemos continuamente al Señor en oración y escuchemos con atención Su Voz en su Bendita Palabra.




El que ama a Jesucristo, guarda su palabra, esto es, escucharla, meditarla y vivirla diariamente


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