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El Señor nos ha salvado por gracia (Ef. 2:8) y damos gloria a Él por su don inefable y maravilloso concedido únicamente a través de la fe en Jesucristo. 
La mayoría de cristianos está de acuerdo con lo antes expresado, sin embargo debemos tener en claro también que no debemos descuidar la lectura de la Biblia, la oración y el compañerismo cristiano. No hacer uso de éstas cosas nos lleva a un crecimiento espiritual inestable y amorfo.

Sin embargo hay algo peor y es aquella posición en la cual la vida cristiana -si pudiera llamarse cristiana- carece de fuerza y vitalidad. Dicha posición llamada libertinaje, lleva al hombre a considerar el Evangelio, como algo no muy serio o formal, de tal modo que la mundanalidad y el pecado se hacen altamente tolerables y respetables en el diario vivir.

¿Cómo saber si estoy tomando una posición de libertinaje? ¿Cómo saber si para mi la gracia ya no es gracia? A continuación algunas pensamientos que podrían ayudarnos:

- ¿ Es la gracia una licencia para pecar o para apartarnos del pecado?

Lamentablemente algunos piensan que la gracia es un pasaporte hacia la tierra del pecado con el cual podemos entrar y salir. Una perspectiva muy equivocada, a propósito el pastor Charles Spurgeon expone lo siguiente:

El caso me recuerda la historia de media docena de muchachos que tenían padres muy severos, que acostumbraban azotarlos hasta dejarlos medio muertos. Otro muchacho estaba con ellos el cual era amado tiernamente por sus padres, y se lo demostraban. Estos jóvenes muchachos se reunieron para tener un consejo de guerra para robar un huerto. Todos estaban ansiosos de poner manos a la obra excepto el joven favorecido por sus padres, al que no le gustó la propuesta. Uno de ellos exclamó, ""Tú no tienes por qué tener miedo: si nuestros padres nos atrapan en este trabajo, nos dejarán medio muertos, pero tu padre no pondrá su mano sobre ti." El jovencito respondió, "¿Y piensan ustedes que por ser mi padre bueno conmigo, yo por eso haré algo malo y lo afligiré con mi actitud? No le haré nada de eso a mi padre amado. Es tan bueno conmigo que no quiero contrariarlo." Parecería que el argumento de ese grupo de muchachos no fue avasalladoramente convincente para este compañero: la conclusión opuesta era completamente lógica, y evidentemente llevaba un peso en ella.

Si Dios es bueno con quienes no lo merecen, algunos hombres se entregarán al pecado, pero hay otros de un orden más noble a quienes la bondad de Dios los guía al arrepentimiento. Desprecian el argumento bestial que, entre más amoroso es Dios, más rebeldes podemos ser; y sienten que contra un Dios de bondad, rebelarse es algo malo.

Somos salvos por gracia, es un hecho indiscutible, sin embargo cuando el libertinaje mina nuestro entendimiento y voluntad, el resultado es que el pecado ya no es algo serio, es más, es visto como un "efecto colateral de vivir en este mundo". La gracia siempre conducirá al creyente hacia la santidad.

- ¿Glorificar a Dios es algo importante?
Dice un documento eclesiástico muy importante, basado en las Sagradas Escrituras que: "El fin principal del hombre es glorificar a Dios". En este sentido, todo lo que hacemos debe llevar tal propósito, glorificar el nombre de Dios. 
Pero aquel o aquella que vive en el libertinaje, es un asunto que le tiene sin cuidado, su vida y el fin de la misma está restringida a sus deseos y anhelos, Dios, el Evangelio y su salvación vienen a ser un "plus", un mero adorno religioso. ¿Mortificación del pecado? ¿Santidad? ¿Sometimiento a Dios? , son cosas que conocen de manera teórica y religiosa.

Quienes viven en el libertinaje ( que bien podríamos llamar antinomianismo [sin ley] ) tienen ss corazones entenebrecidos, de tal forma que no han conocido verdaderamente el arrepentimiento.

Vale la pena, estimado lector, examinarnos diariamente a la Luz de la Palabra de Dios y clamar a Dios por su gracia para mortificar cada día el pecado y vivir para Su gloria.

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