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Todos los cristianos estamos luchando con el pecado, ciertamente éste ya no reina en nosotros, sin embargo hay acciones o pecados en los cuales seguimos cayendo.

Si bien es cierto, que hay consecuencias más graves en cuanto a un pecado y otro, no obstante para Dios -quién juzga perfectamente- declara que todo pecado es repulsivo, delante de su presencia.
Por lo tanto, no hay duda que seguiremos luchando con el pecado, hasta el último aliento de vida, entonces ¿qué debemos hacer en esta lucha?. El escritor Isaac Ambrose, nos da varias respuestas y comparto contigo algunas:

"Sé regular y sincero en el estudio de las Escrituras".

Lee, escucha y medita en la Palabra de Dios, la cual Pablo llama "La espada del Espíritu." Cuando Cristo tuvo su combate con Satanás, no usó su autoridad, y le mando lejos, sino que se refirió a las Escrituras. El mero razonamiento nunca echará fuera a Satanás, pero la espada del Espíritu, cuando es debidamente usada, le hará huir.

"He sufrido muchas grandes pasiones -dice Martín Lutero-, y las mismas han sido vehementes e inmensas. Sin embargo, tan pronto me he aferrado a cualquier lugar de las Escrituras, quedando asido allí como si fueran mi ancla, enseguida se desvanecieron mis tentaciones. Las cuales, sin la palabra, hubiera sido imposible perseverar por poco tiempo, y mucho menos vencerlas."

"Busca en la Escritura", que es una mina de oro puro, y atesora sus palabras en tu mente.
Atesora los preceptos que prohíben los pecados a los cuales eres más propenso. Si es inmundicia:
Fuera Satanás, porque está escrito:


"No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." "Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación."

Debes también "recordar las advertencias", Eva recordó lo que Dios había prohibido, pero se olvidó de la advertencia "porque el día que de él comieres, ciertamente morirás". Mirad, pues, que debes tener en mente, que no sólo está prohibido el adulterio, sino que a los "fornicarios y a los adúlteros, los juzgará Dios." "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."


El estudio y lectura de las Escrituras, es de vital importancia para nuestra batalla con el pecado, no podemos descuidar nuestra salud espiritual. Es más, la memorización de textos bíblicos, es una disciplina oportuna para vencer las tentaciones.

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