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 "y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero" (1 Tesalonicenses 1:10)

Anteriormente vimos que la ira venidera es temible y que vendrá con gran potencia sobre la tierra, trayendo angustia y dolor. Pero, hay esperanza, Cristo nos libra de la ira venidera.

¿Cómo nos libra? 

 
1. Por Su muerte
: En la cruz, Jesús tomó nuestro lugar. Su muerte fue suficiente para satisfacer la justicia de Dios. En las Escrituras leemos que “Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados” (1 Pedro 2:24); que Él da “su vida en rescate por muchos” (Mat. 20:28); que nosotros somos “redimidos con Su sangre” (1 Pedro 1:18-19); que nosotros somos “reconciliados a través de Su muerte” (Rom. 5:10). Jesús libra de la ira venidera por Su muerte.

2. Por Su Intercesión: Cristo libra de la ira que viene. Él se ofreció a sí mismo como sacrificio para satisfacer la justicia divina por el pecado. Él no solamente es llamado nuestra “certeza” para expiar nuestros pecados (Hebreos 7:22); sino también nuestro “abogado” para interceder por nosotros en el cielo (1 Juan 2:1). Nuestra salvación de la ira venidera, de la condenación y el castigo, procede no solamente de la muerte de Cristo – con la cual la comprado- sino también de Su Intercesión, por la cual Él la logra y la obtiene.

El apóstol Pablo expone ambas verdades:


“¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (Rom.8:34)

“Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos. (Hebreos 7:25)


3- Enviando Su Espíritu para llamar eficazmente a Su pueblo a Sí mismo.


Jesús los lleva a un estado de salvación y les da interés en ésta salvación, la cual Él ha pagado por ellos.

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