Antes de todo, es necesario mencionar que el evangelio de la prosperidad enseña que el creyente tiene que ser próspero financieramente y esto pasa a ser evidencia de que se está bien con Dios.
Entre más riquezas, eres más bendecido, más bendición más riqueza.
A muchos, tales enseñanzas les parecen inofensivas, es más, las tildan de saludables, de buenas, de estar acorde con el Evangelio. Pero tales opiniones al ser confrontadas con las Escrituras, quedan invalidas.
Entonces ¿por qué rechazar el evangelio de la prosperidad?
1. Porque no es el evangelio de Cristo
Arrepentimiento, fe, salvación por gracia, misericordia, la gloria de Dios, estos y mucho más conceptos se han perdido de vista en la jerga de la prosperidad. Se oye más de finanzas, de ser prosperados, de ser bendecidos con sobreabundancia, de tener y prestar, de caminar en victoria, de vencer a través de la fe.
En este "evangelio", no hay lugar para Cristo. Y sí lo hay, es en segundo plano, Cristo viene a ser un siervo de mis deseos corruptos, de mi corazón altivo.
El evangelio de la prosperidad es anatema.
¿No les parece familiar a lo que ofrece el evangelio de la prosperidad?
La historia dice que Kenyon murió pero fue otro hombre llamado Kenneth Hagin, quién introdujo esta enseñanzas a círculos pentecostales y carismáticos. (El extracto de esta historia, trataré de publicarlo en otro post)
Por ahora basta notar, que este movimiento surge fuera de la iglesia de Jesucristo y por ende, fuera de la palabra de Dios.
¿Y que de la Biblia? Pisoteada, por este movimiento y sus expositores. Todo esto y más, afecta la vida cristiana, el creyente vive esperando cuánto puede recibir de Dios, o qué nuevo milagro saldrá de su boca o qué pensamiento negativo cancelará por medio de la palabra de fe.
¡Cuán lejos del evangelio expuesto por la iglesia primitiva! ¡Cuánta aberración!
Hay muchas más razones por las cuales rechazar el evangelio de la prosperidad, pero con éstas bastas para crear un precedente y saber lo aborrecible que es a Dios.
Es mi oración, que Dios nos sostenga, en medio de estos tiempos que vivimos.
En este "evangelio", no hay lugar para Cristo. Y sí lo hay, es en segundo plano, Cristo viene a ser un siervo de mis deseos corruptos, de mi corazón altivo.
El evangelio de la prosperidad es anatema.
2. Por los orígenes
La historia documentada, enseña que la idea del evangelio de la prosperidad, no nace inicialmente en la iglesia evangélica protestante, sino fuera de ella. Un hombre de apellido Kenyon, es impactado por el movimiento de la Metafísica. El termino "metafísica" en este sentido, es utilizado por aquellas religiones que consideran que el pensamiento y lo sobre-espiritual es la causa de todo lo que ocurre, en efecto el "movimiento metafísico", enseña que el hombre puede usar sus facultades espirituales (en su mente) para controlar y crear su propia realidad.¿No les parece familiar a lo que ofrece el evangelio de la prosperidad?
La historia dice que Kenyon murió pero fue otro hombre llamado Kenneth Hagin, quién introdujo esta enseñanzas a círculos pentecostales y carismáticos. (El extracto de esta historia, trataré de publicarlo en otro post)
Por ahora basta notar, que este movimiento surge fuera de la iglesia de Jesucristo y por ende, fuera de la palabra de Dios.
3. Perjudica nuestro entendimiento de Dios y nuestra vida cristiana
El evangelio de prosperidad, nos presenta otra perspectiva de Dios, éste dios del evangelio de la prosperidad, esta mas interesado en hacernos ricos que en nuestras almas, desea aún más que gocemos de bienes que de Su gracia en Cristo.¿Y que de la Biblia? Pisoteada, por este movimiento y sus expositores. Todo esto y más, afecta la vida cristiana, el creyente vive esperando cuánto puede recibir de Dios, o qué nuevo milagro saldrá de su boca o qué pensamiento negativo cancelará por medio de la palabra de fe.
¡Cuán lejos del evangelio expuesto por la iglesia primitiva! ¡Cuánta aberración!
Hay muchas más razones por las cuales rechazar el evangelio de la prosperidad, pero con éstas bastas para crear un precedente y saber lo aborrecible que es a Dios.
Es mi oración, que Dios nos sostenga, en medio de estos tiempos que vivimos.