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El Nuevo Testamento está compuesto por 27 libros: cuatro evangelios, un libro histórico, un libro profético y veintiún cartas (universales, pastorales y a comunidades cristianas). 

Cuando leemos los Evangelios o alguna carta, hay muchos aspectos que nos resultan evidentes y es más, el Espíritu nos ilumina para comprender aún mejor.

Sin embargo, existen otros aspectos que nos resultan difíciles de comprender. Todos ellos derivados de la falta de conocimiento del contexto. Todo estudiante de las Escrituras, se enfrenta o se enfrentará a esta problemática: conocer el contexto. Pasar este asunto por alto -como si fuese posible- llevará al estudiante a premisas e interpretaciones erróneas.

Estudiar el Nuevo Testamento, requiere conocer -por lo menos de forma general- el contexto geográfico, social y cultural de la época neotestamentaria. Así también, es necesario conocer el contexto canónico y gramatical del libro o carta que se estudia.

Un breve ejemplo de contexto histórico:

Jesucristo aparece en el flujo de la historia en un tiempo en particular durante el reinado de Augusto y Tiberio César; en un sitio en particular, Galilea.
Como vemos, conocer esto nos ayuda a tener una mejor apreciación de las Escrituras. Claro, esto requiere esfuerzo y tiempo. Pero Dios nos "llama a dedicarnos a su Palabra y a utilizar todos los recursos para que su mensaje sea más claro." [1]

Seguiremos abordando este tema, en futuros posts. 

*Les comparto esta noticia, que espero sea de su agrado. Hacer clic para ver

[1] New Testament: Essays on principles and methods.



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