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El movimiento de la palabra de fe enseña que "nuestras palabras tienen poder y que cualquier cosa que pidas o desees, puede ser tuya, todo lo que necesitas hacer es confesarlo y creerlo".

Mientras que este movimiento hace y enseña tales cosas, la Biblia nos enseña que Dios ha determinado todo según su voluntad (Ef. 1:6) y que Él actuará conforme a su santa, perfecta e inmutable voluntad. Es decir que Dios hará lo que Él decida hacer, no lo que nosotros declaremos, decretemos o "establezcamos".

(Ver más sobre el movimiento de la palabra de fe)

Hay suficiente evidencia bíblica que nos demuestra que Dios no actúa según el consejo o deseo del hombre:

Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, mas El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: "¿Qué has hecho?" (Daniel 4:35)
Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas, porque yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: "Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré." (Isaías 46: 9-10)
Todo cuanto el SEÑOR quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. (Salmos 135:6)
Lamentablemente a pesar de la evidencia bíblica muchos que profesan ser cristianos se aferran a las falsas enseñanzas de este movimiento. 
Para concluir, la respuesta a la pregunta inicial es: ¿Por qué no debemos declarar o decretar? Porque la Biblia no lo enseña y porque quién gobierna es Dios y no el hombre.

"Hágase tu voluntad" - Jesús 

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