Hace unos días tuve una conversación con un hermano en
Cristo y hablamos específicamente de la doctrina de la elección incondicional. Y él
hizo una pregunta, que muchos se hacen o han hecho: ¿sí Dios escogió a
los que serían salvos, entonces, no hay necesidad de anunciar el evangelio?
Pareciera una pregunta capciosa y trivial no obstante tiene
una respuesta y se amplía a continuación. Dios ha escogido desde antes de la fundación del
mundo a los que serían salvos:
“según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.” (Efesios 1:4-6)
Las Sagradas Escrituras nos enseñan que Dios en su sabiduría
perfecta, santa y justa ha escogido a cierto número (que pueden ser cientos de
miles) de individuos para ser salvos. Debemos recordar que el hombre nace en
pecado (Rom 3:23) y por lo tanto está muerto espiritualmente (Efesios 2:1) y
que es Dios por gracia (Efe. 2:8) que le otorga vida en Cristo Jesús (Rom.
6:23)
“Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.” (Juan 15:16).
[También puedes leer sobre la condición del hombre (Haz clic ¿Parcialmente muertos?) y un
poco más sobre la elección incondicional ( Haz clic El ABC de la elección incondicional)]
Es en esta breve introducción de la doctrina de la elección
incondicional, cuando muchos dicen: “Me estás diciendo que Dios escogió a unos
cuantos para ser salvos ¿entonces para que predicamos o evangelizamos? Perdemos
el tiempo, ya que Dios siempre salvará a los escogidos”
Esa declaración surge del desconocimiento de la doctrina de
la elección, como bien he dicho, Dios escogió desde antes de la fundación del
mundo a quienes serían salvos, pero también Dios en su perfecto y sabio
decreto, determinó el medio para que estos fuesen salvos, es decir: la
predicación del Evangelio. Como dice Loraine Boettner: “…los elegidos tienen
que escuchar antes de que puedan creer y aceptar...Aunque el mensaje es
predicado a todos, es Dios quien escoge de entre los oyentes aquellos a quienes
está hablando, y les hace conocer esta elección mediante el testimonio interno
del Espíritu Santo”.
[Puedes leer otras objeciones en contra de las doctrinas de
la gracia (Haz clic aquí Objeciones )]
En pocas palabras, debemos evangelizar, debemos compartir el
evangelio a todos, y es Dios
en Su poder y gracia que renueva, transforma el
corazón de aquellos que serán parte de Su Pueblo. No nos corresponde a nosotros
a ir por la vida, clasificando quien es elegido y quien no, nuestra tarea es
compartir el evangelio.
“quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento
santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que
nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad,” (2 Tim 1:9)
“Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por
vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido desde el
principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en
la verdad.” (2 Tes. 2:13)